martes, 24 de mayo de 2011

Internet, Trolls y otras cosas del montón

Como ya he comentado anteriormente, suelo colaborar con la Web Reset haciendo tiras cómicas. Es algo que me divierte muchísimo, y una vez que se publican me gusta leer los comentarios de la gente, agradecerles la atencion y compartir ideas. No suelo participar demasiado en foros ni sitios así, pero últimamente estoy haciendo el esfuerzo de ser más activo.

El caso es que desde hace una semana me viene ocurriendo algo que me ha dejado un poco frío. En la página hay un sistema de puntuaciones a los usuarios por los comentarios; y si bien hasta ahora mi puntuación era impoluta, en los dos últimos comentarios me han adjudicado algunas notas mínimas. De una escala de 1 a 5 me han dado una estrellita. No le daría la mayor importancia si no fuera porque no entiendo el motivo de la puntuación. Mis comentarios no estaban fuera de lugar ni eran ofensivos, suelo ser muy respetuoso con mis opiniones y no me gusta faltar a nadie.

Esto me ha llevado a reflexionar sobre algo que llevo notando desde que visito blogs en Internet: el fenómeno Troll, por llamarlo de alguna manera. Y es que es casi imposible acceder a un foro en el que no haya descalificaciones o comentarios fuera de tono. Desde insultos, hasta provocaciones, ataques directos, etc, etc. Es especialmente evidente en dos tipos de foro, los de videojuegos y los deportivos.

En los deportivos queda reflejado el nivel de fanatismo de la gente. En vez de disfrutar de lo que , se supone, es un espectáculo (me reservo la palabra 'deporte'), lo que hacen es ir a muerte con sus colores, equipos o lo que sean. Insultan a los que no comparten sus ideas, y a la más mínima oportunidad atacan a cualquier deportista o equipo que no les agrade. Esto es intolerancia y lo demás, tonterías.

En los foros de juegos ocurre algo parecido, pero diferente. Mucha gente, en vez de disfrutar de los videojuegos (que para eso son), se dedican a meterse con usuarios de otras plataformas, no respetan los gustos de otros jugadores y descalifican a todo aquel que no esté a su altura.

En este mundo el insulto y la falta de respeto es gratuíta, y ya sabemos, que cuando algo es gratis, lo pillamos aunque no valga para nada. Yo no sé que lleva a la gente a comportarse así; puede que sea envidia, celos, o el hecho de querer ser el más listo del corral. Supongo que la gente si no te mira por encima del hombro no está a gusto, si no tenemos el mejor coche, la mejor casa, follamos como Dios y las tetorras de mi mujer no las tocarás, entonces no somos nadie.
A lo mejor es que somos tan infelices con nuestras vidas que tenemos que amargar la de los demás para sentirnos realizados. O tal vez, y sólo tal vez, es que seamos todos gilipollas.

Me considero una persona muy respetuosa. Aunque critico como el que más y a veces hago bromas subidas de tono, me preocupo mucho de no faltar el respeto a nadie y de que nadie se moleste. Esto es así, suelo darle muchas vueltas cuando creo que he ofendido a una persona, aunque no siempre lo reconozco. Pedir perdón o reconocer las faltas es algo difícil y que apenas practicamos. Por eso cuando navego por foros y veo lo que hay, se me quitan las ganas de participar, porque está visto que, por muy diplomático y educado que sea, siempre te encontrarás con alguno que te amargue el día. La pena es que tampoco suelen dar argumentos o explicaciones, que podría desembocar en un debate interesante. Internet es lo que tiene, el anónimato, facilita demasiado el tirar la piedra y esconder la mano. Por eso, y más cosas, soy de los que prefieren una buena charla, tomando algo en terraza. Hay menos trolls, y puedes elegir la compañia.